Una pasta casera combina el placer de agasajar a los seres queridos con el de servir un plato artesanal.
Las pastas rellenas son una excusa perfecta para envolver en suave masa los rellenos mas deliciosos. Tradicionales o insólitos, estos pequeños envoltorios de masa guardan el secreto más preciado: reunirse alrededor de una mesa, frente a un plato humeante de cocina casera.
Mucho se ha hablado sobre el origen de las pastas en general, atribuyéndoselas a los chinos, egipcios, etc. Pero nosotros concebimos las pastas como un legado italiano. Dejando de lado, cual es realmente su origen, la realidad es que las pastas las hemos adoptado como un plato típico, relacionado generalmente con reuniones familiares.
Existe gran variedad de pastas divididas en dos grandes grupos: las pastas secas y las pastas frescas. Y de ambas hay con y sin relleno. Los dos grupos constituyen un alimento nutritivo y económico, aunque las pastas frescas, especialmente si son caseras resultan riquísimas.
Las pastas resultan una importante fuente de energía para nuestro organismo. Es un mito que engordan. La cantidad de calorías de cada plato depende de los ingredientes que lo componen, incluyendo salsas, quesos, etc. Las pastas pueden constituirse en un plato principal, formar parte de una entrada y hasta combinarse para hacer ensaladas livianas y diferentes.