
Las frutas secas, por tradición son las invitadas especiales. Se colocan en bandejas de madera o platos y se adornan con ramas de pino, globos y velas de colores. Pero escuche bien: después del burbujeante brindis de las doce, preséntelas ya peladas en platos individuales y deje para último momento que sus invitados tomen el rompenueces y hagan muestra de su fortaleza.